Tasa de ingesta en dos comportamientos de alimentación en frugívoros: revisitando viejas hipótesis con nuevos (y muchos) datos

Una de las funciones de las aves en los ecosistemas es dispersar semillas teniendo implicancias en el mantenimiento y restauración de ensambles vegetales. Cuántos frutos come un ave por unidad de tiempo (i.e. tasa de ingesta) es central para entender la magnitud de efecto que puede tener un frugívoro en el ambiente. Hipotéticamente, la tasa de ingesta depende de los rasgos morfológicos de las aves, de los frutos y del comportamiento de ingesta (i.e. si tragan el fruto entero o si lo mastican). Usando ca. 600 interacciones pertenecientes a ca. 200 especies de aves y ca. 150 plantas registradas alrededor del mundo, evaluamos de qué manera el tamaño del fruto y el tamaño de las aves afectan en conjunto a la tasa de ingesta (frutos/min) de tragadores y masticadores. Con un modelo lineal mixto encontramos efectos más fuertes en la tasa de los tragadores (b=0,44 tamaño aves; b=-0,54 tamaño frutos, p<0,05 ambos) respecto de masticadores (b=0,25, tamaño aves; b=-0,43 tamaño frutos; p<0,05 ambos). En conjunto, los tragadores se ven más limitados (en casi el doble) anatómicamente para ingerir los frutos respecto a los masticadores. En un contexto de cambio, los masticadores de tamaños pequeños pueden reemplazar hasta cierto punto el servicio de dispersión de tamaños grandes. En contraste, el servicio provisto por los tragadores de gran tamaño no podría ser fácilmente reemplazado por los pequeños. Esto resalta la importancia de la diversidad de rasgos en las comunidades para sostener el funcionamiento de dispersión y regeneración de los sistemas.