Una avifauna intraurbana en la ciudad de Asunción, departamento Central, República del Paraguay
- Presentación Oral
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Una avifauna intraurbana en la ciudad de Asunción, departamento Central, República del Paraguay
CONTRERAS, Julio R.; GONZÁLEZ ROMERO, Narciso
Director del CAPRIM, CONICET-Gobierno de la Provincia de Corrientes, Casilla de Correo 145, 3400 Corrientes, Argentina | Director del Instituto de Ciencias Básicas, Ciudad Universitaria, San Lorenzo, Casillas de Correo 1039 y 1804, Asunción, Paraguay
rao@avesargentinas.org.ar
El estudio de la avifauna asunceña se inicia con la estadía de Félix de AZARA, quien residió en la ciudad desde 1783 hasta 1791, efectuando localmente muchas de las observaciones que volcaría en su obra sobre las aves del Paraguay (1802). En el último cuarto del siglo XIX, Berlepsch (1887 da a conocer numerosas especies de Lambaré y Bernalcué, localidades entonces alejadas, pero hoy englobadas en la ciudad de Asunción. En varios trabajos Bertoni hace referencias ocasionales a especies de aves registradas en Asunción, que se resumen en su Catálogo (Bertoni, 1939), pero sin la formulación de una lista. Recientemente Escobar y Salomon (1983 dan a conocer una lista de las aves presentes en la Ciudad Universitaria de San Lorenzo, aproximadamente a 3.5 kilómetros al noreste de la zona estudiada, registrando un total de 45 especies. Desde 1985 los autores realizan observaciones en el predio del Primer Cuerpo de Ejército, en Ñú Guazú con una superficie aproximada a las 400 hectáreas y rodeado por densas urbanizaciones. Está situada aproximadamente a 8 kilómetros del centro de la Ciudad y al noreste de la misma, a 57º 35′ W y a 25º 16′ S. Se caracteriza por un relieve llano, ligeramente deprimido hacia el centro del campo, por donde discurre el Arroyo Ytay Está cubierto por una carpeta herbácea con excepción de la zona bordeante del arroyo, que presenta formaciones de matorrales bastante densas y algunos bosquecitos más altos que aparecen como restos relictuales de un antiguo desmonte El uso actual es para actividad tambera y para ejercitación militar. En invierno las aguas del Ytay suelen desbordar y se originan en consecuencia numerosos charcos que aportan el hábitat adecuado para la presencia de aves acuáticas y limícolas. La lista acumulativa de las observaciones efectuadas alcanza a 104 especies de las cuales aproximadamente el 90% son residentes, aunque no todas anidan localmente. Los datos recogidos acerca de anidación son aún incompletos como para establecer en forma fidedigna el total de anidantes, pero la mayoría de las paseriformes incluidas en la lista lo hacen en Ñú Guazú. Se ha comprobado, por ejemplo, la anidación de Caprimulgus parvulus, también de Pitangus sulfuratus, Thraupis sayaca, Ammodramus humeralis, Junco capensis, Sicalis flaveola, Furnarius rufus, Anumbius annumbi, Turdus amaurochalinus, Molothrus badius, Agelaius cyanopus y Phacellodomus ruber. Es muy posible que Cyanocorax chrysops e Icterus cayanensis aniden en otras zonas de las afueras de Asunción, especialmente en Loma Pytá, Puerto Botánico y en los suburbios que se extienden hacia el norte, ya que las formaciones forestales remanentes son todavía significativas. La fáunula registrada permite establecer que existe un número de especies, que representa del 20 al 30% de la avifauna local original que es capaz de persistir mientras que la urbanización sea moderada e incluya en su interior espacios verdes y, en lo posible, forestados como Ñú Guazú. Esos espacios se complementan unos con otros, reduciendo los efectos de insularidad. Hacia el norte y el este de Asunción se cuentan actualmente el Jardín Botánico, gran parte de la incipiente urbanización de Surubí-y, muchos espacios subsistentes en Loma Pytá, la Ciudad Universitaria de San Lorenzo y la zona aledaña al Aeropuerto Internacional, en Luque. Si bien las especies presentes demuestran una manifiesta tendencia a subsistir a pesar de una urbanización si esta es moderada o se racionaliza, merece destacarse la pérdida selectiva de especies que afecta a ciertos sectores de la fauna: los grandes frugívoros forestales (Psittacidae y Ramphastidae, principalmente) y los pequeños omnívoros del dosel arbóreo (Camptostoma obsoletum, por ejemplo); los omnívoros medianos del follaje, como Turdus albicollis, T. leucomelas y T. rufiventris; los grandes frugívoros del suelo, de los que solo subsiste Leptotila verreauxi; los carnívoros diurnos disminuyen grandemente y solo aparece el ubicuo Polyborus chimango y, ocasionalmente, Elanus leucurus; desaparece el especialista en grandes artrópodos terrestres y de los troncos, Xiphorhynchus major; los carroñeros sobrevuelan a gran altura, reducidos a una especie Coragyps atratus que solo desciende en forma ocasional. En cuanto a los insectívoros corredores de troncos y tallos, faltan en su mayoría, no habiéndose registrado Picumnus cirratus, Veniliornis passerinus, Colaptes melanochloros, Melanerpes candidus, Celeus brachyurus, Piculus chrysochloros, Xiphocolaptes major, Xiphocolaptes albicollis y Campephilus robustus. De los predadores de pequeños insectos del follaje solo permanecen Serpophaga subcristata y Hemitriccus margaritaceiventer, sin ningún registro de Parula pitiayumi, Thamnophilus caerulescens, Thamnophilus doliatus, Basileuterus culicivorus, Basileuterus leucoblepharus y Lathrotriccus euleri. Así podrían seguirse enunciando otras ausencias notables, como la de los insectívoros de nivel medio (Piezorhina cayana); de los insectívoros nocturnos (Strigidae y Caprimulgidae); de la mayoría de los nectarívoros, excepto el euritópico Chlorostilbon aureoventris, etc., habiéndose interpretado las ausencias a partir de los datos antiguos (Berlepsch, 1887; Bertoni, 1939) y de la comparación con la bastante bien conocida avifauna del cercano Departamento Paraguarí (Oberholser, 1902; Chubb, 1910; Lopez, 1986; Contreras et al., 1987). En general las especies persistentes son aquellas de carácter generalista y ubicuistas; las más euritópicas; aquellas con manifiesta antropocoría; muchas con adaptaciones de sabana; los omnívoros o frugívoros de borde de bosque; los insectívoros de borde forestal, los insectívoros aéreos (Hirundinidae) y los granívoros de matorral y de borde de bosque. Como conclusión debe expresarse que el registro de las fáunulas urbanas subsistentes significa un verdadero test de la capacidad de subsistencia de las especies en el desarrollo ciudadano y la antropización del paisaje, suministrando información muy valiosa para los propósitos conservacionistas y la planificación urbana. La supervivencia de especies debe incorporarse a los criterios de factibilidad ecológica del crecimiento urbano. Además, debe destacarse la importancia de Ñú Guazú y de los demás espacios verdes subsistentes en el área asunceña como elementos reguladores de un conglomerado humano cuyo ritmo de desarrollo, de no racionalizarse, podría conducir a la completa abolición de la naturaleza original en un área geográfica y ecológicamente significativa.
Cita sugerida:
- CONTRERAS, Julio R.; GONZÁLEZ ROMERO, Narciso
- (1988)
- Presentación Oral.
- VII RAO
- (página 30 pdf)
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