Evolución de las conductas agresivas y de consumo en machos y hembras de Columba livia

El objetivo del trabajo fue comparar la evolución del comportamiento agresivo y la conducta de consumo en palomas machos y hembras, cuando existe una situación de restricción de la fuente alimentaria tanto en el espacio como en el tiempo, atendiendo a esclarecer una relación entre costo de conductas emitidas y beneficios obtenidos. Los animales experimentales fueron 12 grupos de palomas (6 de machos y 6 de hembras) compuestos de tres animales cada uno, de peso semejante, mantenidos, durante toda la experiencia al 80% de su peso libre. Fueron observados en recinto experimental de 1,5 x 1,5 x 2 m con piso de grancilla, en cuyo centro se ubicaba una tolva conteniendo mezcla de grano que dejaba al descubierto una abertura de 2,5 cm de diámetro para que los animales obtuviesen el alimento. Se atendió a la emisión de 14 patrones de comportamiento que realizaban los animales durante 30’ que duraba cada sesión experimental, realizadas en 4 semanas consecutivas. Los animales fueron pesados antes y después de cada sesión. Para establecer el status final de cada animal (alfa, beta, delta) y su posterior agrupación para el tratamiento estadístico, se fijó como criterio que del total de conductas agresivas de cada animal en cada grupo, la proporción entre conductas emitidas, en particular las de persecución, fuese mayor que las de huida, y ordenándose los animales en forma decreciente. Del total de conductas agresivas emitidas por las palomas machos, el 54,5% corresponden a los animales alfa, el 27,5% a los beta y el 18% a los delta. La conducta de consumo es del 40%, 34% y 26% respectivamente. Por lo que en los machos encontramos diferencias significativas para las conductas agresivas y muy pocas para las de consumo; para los animales alfa el costo para obtener beneficios es más alto significativamente. Del total de conductas agresivas emitidas por las palomas hembras, el 72% corresponde a las palomas alfa, el 22% a las beta y el 6% a las delta; por lo que las diferencias son significativamente grandes para las alfa, siendo prácticamente insignificantes en las delta. En tanto que las conductas de consumo arrojan un 51,5% para las alfa, 28% para las beta y un 21% para las delta, por lo que nuevamente aquí encontramos diferencias a favor de los animales alfa y pocas diferencias para las beta y delta. Comparando los porcentajes de agresión entre machos y hembras, encontramos que la agresión entre las hembras establece diferencias mucho mayores que en los machos; y que la conducta de consumo es más uniforme en los machos en tanto que en las hembras los animales alfa pueden obtener hasta el 50% del total de recursos. Las diferencias obtenidas en consumo con un costo mayor podrían significar que es necesario para la especie un plus de agresión en los animales alfa para poder hacer efectiva la capacidad de supervivencia en situaciones críticas y/o ser más efectivos en la etapa reproductiva; dado que prontamente los animales beta y delta recurren a otras tácticas como ser oportunistas frente a la persecución, aumento de conductas de empujar, cubrir con el ala, para obtener alimento por lo que los animales alfa deben seguir manteniendo un mayor nivel agresivo.