Modelados de nichos de aves soportan que el intercambio biótico entre las Yungas y la Selva Atlántica ocurrió a través de diversos paleocorredores

Las Yungas y la Selva Atlántica comparten una alta cantidad de especies y linajes con divergencia reciente, a pesar de su distribución disyunta. El estudio de estas especies compartidas es clave para la reconstrucción de la historia biogeográfica conjunta de estas regiones. Dos modelos explican la existencia de especies compartidas: contacto vía la región chaqueña y contacto vía el Cerrado. El objetivo de este proyecto fue evaluar la ubicación geográfica y temporal de los corredores que permitieron el intercambio biológico reciente (Pleistoceno) entre las Yungas y la Selva Atlántica. Para esto estudiamos especies de aves con poblaciones alopátricas en ambas regiones (n=24), y realizamos modelados de nicho ecológico para el presente y para distintos períodos del pasado (Holoceno medio, Último Máximo Glacial y Último Interglacial). Para unificar resultados entre especies y por período, aplicamos teoría de circuitos mediante un análisis de conectividad. Los resultados soportan, en todos los períodos de tiempo, la existencia de paleocorredores a través del actual Cerrado o a través de la transición Cerrado – Chaco, mientras que para el Último Interglacial también soportan un corredor en la región chaqueña, con variaciones según la especie. Si bien no es claro si todos los paleocorredores permitieron flujo génico efectivo, los resultados denotan un escenario complejo. La alternancia de ciclos climáticos durante el Cuaternario habría permitido la conexión entre estas selvas mediante distintos corredores en diferentes períodos, influyendo en gran medida en la diversificación de aves neotropicales y en la configuración de las dinámicas evolutivas del continente.