Artropodofauna vinculada a las aves y/o sus nidos

Los nidos de aves son microambientes especializados en donde habitan una diversidad de invertebrados (insectos, arañas, pseudoescorpiones y otros) aprovechando un rico recurso estacional y el microambiente que presenta una diversidad de oportunidades ecológicas (Majka et al., 2006). Hicks (1959, 1962, 1971) resumió todos los insectos que aparecen en nidos de aves para todo el mundo. Desde 1990 en adelante los artrópodos en nidos de aves comenzaron a ser estudiados en su conjunto (dejando de ser mencionados en forma aislada y anecdótica) en Europa del este, Canadá, Japón, y la Guayana Francesa. En el Hemisferio Sur (Venezuela, Brasil, Bolivia, Argentina y Uruguay), los nidos de Furnariidae y Psittacidae han sido intensamente investigados como reservorios naturales de triatominos (Hemiptera: Reduviidae), vectores de la enfermedad de Chagas-Mazza, especialmente cuando algunos mamíferos silvestres, tales como comadrejas o roedores, los habitan. Los insectos y otros artrópodos en los nidos han sido también implicados en la transmisión de diversos virus que producen varios efectos fisiológicos a sus hospedadores y aún eventualmente al hombre. Las aves migratorias son uno de los mecanismos responsables de la amplia distribución geográfica de ciertos arbovirus que son transmitidos por mosquitos y otros insectos que viven en los nidos de las aves que parasitan (WEAVER et al., 1997; HUBALEK, 2004). En cambio, las larvas de ciertos Díptera proveyeron de otra instancia que recibió una atención especial por sus efectos en la sobrevivencia y éxito reproductivo de las aves. Las especies de Philornis exhiben un amplio rango de hábitos, desde la larva de vida libre (coprófagas), pasando por semihematófagas hasta hematófagas subcutáneas (la mayoría de las especies con historias de vida larval conocida). Fue necesario el estudio de la bionomía de una especie del continente, introducida en las Islas Galápagos, para tomar las medidas necesarias contra el peligro de extinción de los conocidos pinzones de Darwin. De esta manera, la presencia y el comportamiento de los artrópodos deberían ser considerados en los programas de conservación de las aves ya que la disponibilidad de sitios de nidificación limpios y seguros es un factor determinante de la supervivencia de los pichones (Loye & Carroll, 1988). La declinación de las poblaciones de una especie de águila de Norteamérica pudo solucionarse luego de ver que los parásitos en sangre se debían a que los nidos contenían una chinche hematófaga que los transmitía. De esta manera se presenta una problemática actual, en algunos casos aún no estudiada en América del Sur, y que contribuirá a la toma de decisiones al conocer los problemas que diferentes grupos de aves puedan tener, en particular referidos al rol detrimental (ectoparásitos) o beneficioso (detritívoros, predadores) de los artrópodos asociados a sus nidos.